| martes, 27 de mayo de 2008 | 0:01


EL ODIO CABALGA SOLO


Siempre, siempre se están quejando de vicio. Siempre denunciando los insultos, agravios y ofensas que reciben sólo en sus mentes aquejadas de manía persecutoria, siempre refiriéndose a la aconfesionalidad del Estado como libertinaje religioso, siempre liando la madeja con que Zapatero es un comecuras a pesar de que el gobierno ha cedido al episcopado lo que anteriores gobiernos negaron en materia de financiación pública. El señor Rouco y el señor Cañizares pusieron el otro día el grito en el cielo -valga el chiste malo- porque un pasacalles festivo en la víspera del Corpus en Toledo, basado en la danza de la muerte del siglo XV, no respetaba, según ellos, la libertad religiosa y agredía al Cuerpo de Cristo. Je.

Yo ya estoy más que harto de estos talibanes religiosos, de este coro plañidero con nostalgias nacionalcatólicas, de estos Epimeteos de tercera regional que abren cada día una Caja de Pandora diferente, de estos restos de serie arqueológicos que ni siquiera Indiana Jones querría en su colección. Harto de su crispación impostada, de su confusión entre religión e ideología, del comercio político que hacen con el Absoluto, de su ceñuda obsesión por cargarse la libertad y picotear luego su cadáver, de su querencia por las épocas medievales donde todo se medía a base de fuego y espada; de su infalibilidad moral, de sus burradas creacionistas, de sus burdas dicotomías acríticas y simplistas; de su Historia Sagrada, que tiene de todo menos historia, de su irracionalismo y su Santa Intolerancia, de sus escritos acerca de existencias siempre pecaminosas y ovejas perdidas y Anticristos y proclamas de sumisión sin límites a Dios; de sus fetiches de superchería, prepucios del niño Jesús, astillas de la Santa Cruz, plumas de ángeles; de sus trinidades imposibles, de sus ataques a los homosexuales, de su demonización del aborto y la eutanasia, de su enfermiza obsesión por las mujeres vírgenes, sumisas, desfeminizadas…

A estos señores hay que hacerles un poco de política, porque si no nos la harán ellos a nosotros, y dos fechas fundamentales, 1787 y 1789, es decir, las revoluciones americana y francesa gracias a las cuales pasamos de súbditos a ciudadanos, no habrán servido de nada. Los mimbres de mi política particular son el laicismo, la relatividad, la inexistencia de Dios, el bocadillo de jamón, la generosidad, la divergencia de opiniones, la moda, la literatura, las pelis, el sexo sin fines reproductivos -de momento-, la música, el amor, la libertad de pensamiento, la belleza… y, al contrario que ellos, la fe en que la legitimidad del poder proviene del hombre, y no de Dios, lo que no dejará de plantearles ciertos problemas a la hora de encajar en las reglas de un estado democrático. En el cielo, por mucho que se empeñen los inquisidores, sólo hay cúmulos, cirros y estratos, y bajo la tierra únicamente un petróleo que se nos acaba a marchas forzadas. Si quieren cabalgar como jinetes del Apocalipsis, que lo hagan solos. Sí, dejemos que el odio cabalgue solo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Usted para ser rojo utiliza algunos temas que no puede comprender demasiado. Le convendría estudiar más la Historía de España, mirar menos la televisión roja, y escribir menos tonterias solemnes. Tiene usted madera, roja, floja y repodrida. Háganos un favor: Déjelo.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Me temo que no lo voy a hacer, querido amigo. Es lo bueno que tiene la democracia: que puedo permitirme el lujo de no complacer a gente como usted.

Anónimo dijo...

Se puede estar de acuerdo o no, pero vamos, pasión al artículo no le falta. Me gustan las cosas hechas con pasión, suelen ser más interesantes y a veces, hasta mejores.

Anónimo dijo...

Plenamente de acuerdo con Nacho el artículo es muy interesante, creencias o ideologias a parte. Buen trabajo Ignacio.

Anónimo dijo...

Leí su libro "El tiempo de los emperadores extraños". No son tan extraños. Pongamos dos ejemplos: Napoleón, Hitler. Ambos militares de baja graduación, elevados al poder por democracias populistas. Ambos con ambiciones insaciables.
Por suerte, aquí y ahora, el Ejército está unido. Pero populismo no falta. No lo alimente usted. Ya sabe "Cria cuervos y te sacarán los ojos".

No confie en lo bueno de esa Democracia. No fue más que una forma cobarde de contentar temporalmente a los rojos.

Begoña Argallo dijo...

Que el odio cabalgue solo y que uno tenga la libertad de creer en aquello que tenga por más coherente. Pero que los tiempos adapten todas sus doctrinas al presente, y tan sólo así la verdad, siendo verdad lograría sobrevivir. De otro modo, del modo rígido terminará rompiendo. Se romperá.
El cielo está lleno de nubes, sí, tan solo nubes y estrellas, pero es tan hermoso, que después de una educación religiosa, y pese a todos los enigmas yo quisiera que hubiese algo más. Un lugar donde empezar de nuevo, y mejor, volver a encontrarme con las personas que una vez he perdido; volver a tenerlas otra vez.
Que el odio cabalgue solo, que cada cual practique su doctrina. Para mí Dios es la brisa fresca que viene donde voy, esa que hace que jamás esté sola. Que me sienta acompañada incluso en los momentos de mayor desesperación; y que por lo tanto jamás me ha fallado. Ese Dios no necesita que nadie lo defienda, porque nunca morirá.
Y lo dicho que el odio cabalgue solo, que cuanto más lejos vaya primero se agotará.