Los demonios de Berlín: escenarios III

| martes, 23 de junio de 2009 | 11:52

FÜHRERBUNKER


El centro neurálgico del Estado alemán, centralizado en la Cancillería del Tercer Reich, contó desde un primer momento con una serie de refugios antiaéreos situados en el subsuelo. Se construyeron los primeros búnkeres en el año 1936, detrás de los jardines de la vieja Cancillería, siendo erigidos por la empresa constructora Hochtief (fundada en 1873).
Tras la llegada de
Adolf Hitler al poder (1933), se planeó y edificó la nueva Cancillería que había sido diseñada por el arquitecto Albert Speer, aprovechándose las obras para construir unos nuevos refugios que comenzaron en 1943.
El nuevo refugio, más profundo que su antecesor y que se denominaba “vorbunker” o antebúnker, fue construido a mayor profundidad (a unos 8,2 metros) pero interconexionado con aquel mediante escaleras.
El búnker fue utilizado durante los últimos momentos de la guerra por Hitler (de ahí su denominación “Führerbunker”), que se trasladó allí el 16 de enero de 1945, después de comprobar cómo los continuos ataques aéreos habían convertido la estancia dentro de la Cancillería peligrosa.
El techo del refugio tenía un grosor de 4 metros y las paredes de 4,0 y resistió, sin llegar a sufrir ningún daño, los bombardeos soviéticos de las últimas horas de la guerra, pues los rusos no tenían constancia de la ubicación del mismo, y no fue hasta el último momento cuando supieron de su existencia, lo que supuso el incremento de la intensidad del cañoneo.

En la planta baja del mismo se localizaban las habitaciones y despachos de Hitler y de su esposa Eva Braun, así como la sala de conferencias, el dormitorio de Joseph Goebbels, la sala de los médicos, baños y habitaciones auxiliares y del personal auxiliar. El Führerbunker disponía de dos entradas: una que daba al antiguo búnker de la Cancillería y otra que conducía hacia el jardín, al que se accedía subiendo a través de una escalera de caracol hasta una torre de observación, o bien saliendo por un edificio anexo.Como la construcción se encontraba bajo el nivel freático, era necesario que estuviesen funcionando continuamente las bombas destinadas a evacuar el agua, por lo que el ambiente dentro del refugio (que ya de por sí era muy espartano siguiendo las directrices de Hitler) se encontraba enrarecido, acústicamente hablando, ya que disponía también de generadores de corriente. El acceso al búnker estaba muy controlado y no se permitía que nadie accediera armado al mismo. La ventilación estaba asimismo muy protegida, puesto que se temía que un ataque con gases pudiese exterminar a los ocupantes, por lo que existían puertas herméticas que protegían contra ese tipo de ataque químico.

Un parking se levanta ahora sobre lo que fue el Führerbunker.







5 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada, nada, en unas pocas horas estaré paseando por allí. Y del éxito de mi misión depende si os podré pagar las copas en los garritos berlinenses a mi marido y a tí en los próximos años...Bueno, aunque si sale la peli y si los Demonios se venden bien, a lo mejor te dejamos pagar a tí, jaja...ya sabes quien.

LBO2 dijo...

Definitivamente a los que hemos estudiado más matemáticas que historia, la película (obligatoriamente vista por algunos, como esta servidora) de “El hundimiento”, seguro que nos ayuda a ambientar la lectura pendiente de la novela de los demonios, además de los escenarios que publicas por el blog. Gracias.

P.D: ¡Vaya Ignacio!. Compruebo que has estado actualizando la página, también en territorio Facebook. Bueno, si el objetivo de tal lugar, además de conocer gente, es captar fans y admiradoras, he de decir que has elegido la foto correcta y la camisa correcta. ¡Chapeau!. Aunque con tanta camisa negra, mira a ver dónde te ubican. ¿Sabes quiénes eran los “Camicie Nere” italianos, verdad?. Entre eso, y que escribes sobre Divisionarios españoles, ojito, ojito.....Bueno, parece que tienes la respuesta estudiada respecto a que en tu literatura ocupa un lugar importante la objetividad y no la ideología. O simplemente, que sabes quién eres y puedes hablar de Divisionarios, o de los del otro lado, sin problemas, sin complejos; la historia es la historia. La camisa azul marino, como el color del uniforme de mi cole – la versión femenina del tuyo- a buen seguro que también te sienta fenomenal. Aunque camisa azul oscuro, in Spain, tela marinera, o quizás, tela prohibida. El peso del Caudillo, tantos años, pesa y pesa....Y arrastra muchos complejos a mucha gente, hasta el de ponerse una bonita camisa azul marino de buena tela. Poca gente sin complejos y libre-pensante hay en este país. Como la del whisky DYC, que me han dicho que es pésimo, no lo sé, no lo bebo porque no me gusta, ni esa marca ni las buenas. Pero el anuncio, era bueno. Gente, sin complejos. Más de eso, please. Más de eso.

Ojo, Ignacio, a los diversos efectos colaterales de tus camisas, sean negras o azul marino, o de rayas en gama ocre-marrón. ¡Ojito!, que algunos efectos llegan hasta Panamá. Lástima que Facebook sea territorio prohibido para mí, por decisión propia. No me tienta la verdad.

Be happy!. Al menos, así se te ve en la foto, de lo cual, te aseguro que me alegro muchísimo.

Casi mejor esa foto que la del libro; totalmente en serio, te favorece y te favorecerá más creo yo, que la portada del librito de los Demonios, que algunos ya la tenemos muy vista. Yo sólo por la portada; aún no lo he leído. Comprendo que estés de promoción, pero...

Y esta otra del Diario de “Zevilla” y olé:

http://www.diariodesevilla.es/article/ocio/456951/ignacio/valle/retrata/fin/la/segunda/guerra/mundial/los/demonios/berlin.html

¡Olé la foto!. Mamma mia, para mirarla, morirse y no ver nada más....
Oye, Ignacio. ¿No dices tú que la belleza es para compartir?. Pues ala, arrea y cuelga las fotos en la web. Sólo es una sugerencia.

Anónimo dijo...

los parkings no se "levantan"

IGNACIO DEL VALLE dijo...

los parkings se bajan???

LBO2 dijo...

Los parkings SE CONSTRUYEN, a veces hacia arriba, a veces hacia abajo. Al lado del hotel que estuve en Bruselas en las pasadas vacaciones, había un parking en un edificio de un montón de pisos. Se me hacía raro tener que “subir” a buscar el coche de alquiler, pero es una costumbre en muchos países de Europa. También en Estados Unidos; lo digo por lo que se ve en las pelis. Nunca he estado.

En España es más frecuente que sean subterráneos. Por una vez, creo que llevamos razón. Una cosa tan fea como un parking, aunque útil y necesaria, mejor bajo tierra. Levantar catedrales hacia el infinito es más hermoso....