Mishima

| miércoles, 2 de junio de 2010 | 9:32


Algunos ven en mí un monstruo, pero yo escucho música en mi interior.

8 comentarios:

Begoña Argallo dijo...

Por supuesto no tenía ni idea de quien era Mishima, y me he leído todo lo que pone en la wikipedia sobre él. Y agradezco haberme enterado de que alguien así existió. Es un rayo de sol para días de lluvia.

Ilsa dijo...

Leí El pabellón de oro.Me impresionó como una persona tan obsesionada, con ideas extranísimas, que en ocasiones confunde la realidad, así como el bien y el mal, puede ser a la vez tan sensible a la hora de escribir y describir olores, sentidos, flores...Se me viene a la mente un pasaje del libro, en el cual, él observa la despedida de una mujer con kimono de un soldado, en una ceremonia del té.
Su dualidad y la duda que en ocasionas te crea, es lo que realmente me fascinó de su escritura.
Un saludo.

Tineo dijo...

Mishima me parece demasiado elíptico.
La literatura japonesa es como el sushi, tienes que dar un salto en tus apreciaciones, es otro universo.
Quizá Murakami es más digestivo (para los occidentales), además de tener una cultura musical excelente.
Para conocer mas el mundo japonés (recordar que ha sido el único país que no ha sido nunca ocupado por otro), Amélie Nothomb nos deja este
fresco autobiográfico hilarante.

Rodericus dijo...

Confieso que leér "Confesiones de una Mascara" se me hizo algo dificíl.
Pero admiro a Mishima sobre todo por sú coherencia personál, hasta sú dramático fín.

Rodericus dijo...

Tineo, japón fué ocupado en 1.945 por Estados Unidos y la Constitución que aún está vigente, la dictó el generál McArthur. Debió estár muy inspirado, porque tan solo se le ha añadido agúna enmienda menór en todo este tiempo.

Begoña Argallo dijo...

De niño su padre le prohibía escribir y terminó asistiendo a clases de lectura por las mañanas y escribiendo a escondidas por las noches. Tal vez su dualidad sea intencionada, un modo de demostrar que ambos campos, ficticio y real se suceden a la vez. O una consecuencia de la presión a que tuvo que verse sometido por encajar lo que era y lo que no debería ser: escritor a las duras y a las maduras. Y me quedo con un dato: fue convocado tres veces para Premio Novel de literatura. E incluso se duda si en una ocasión cedió su puesto de ganador a una persona que le ayudó a llegar a donde llegó. Me quedo con eso. Olé lo suyo, porque más que una afición fue un amor más allá del amor a la palabra escrita.

Begoña Argallo dijo...

Ayer me pasé por la biblioteca y me traje a casa lo único de Mishima que tenían El color prohibido.
Y me encanta su sencillez encendida y su narración prístina. Espero terminar de leerlo porque son casi 600 páginas, pero algo es seguro: es un grandísimo escritor.
Me encanta.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Recomiendo la tetralogía de El mar de la fertilidad, en concreto Nieve de primavera y La corrupción de un ángel.