Helmut y los pezones

| viernes, 18 de mayo de 2012 | 10:27




La belleza nos permite mantener una actitud digna ante la necesidad diaria, nos ayuda a enfrentarnos a la prosaica realidad. Y uno de sus más destacados paladines fue Helmut Newton. Se acaba de inaugurar en el Grand Palais de París una exposición con sus fotografías, instantáneas en la que no solo recogió la belleza con su cámara, sino que la creó, la recreó con sus incitantes composiciones. El estilo que acuñó puso los cimientos de un tipo de posado que imitan en la actualidad todas las revistas de moda, una caligrafía inconfundible mezcla de ingenio, erotismo, vulgaridad, seducción, fetichismo, dominación, onirismo, elegancia, cierta crueldad… En color y en blanco y negro, las doscientas imágenes pobladas de desnudos y tacones de aguja muestran la intensidad de un mirón, uno que vivió toda su vida obsesionado con los pezones erectos que se adivinaban tras los bañadores mojados de las chicas que contemplaba en la piscina a la que iba de adolescente, allá, en Berlín. En su cabeza solo hay chicas y fotos, repetía su vaticinador padre. La minuciosidad, lo meticuloso en las composiciones, lo artesanal… Newton fue uno de los últimos fotógrafos analógicos; rodeado de un ejército de ayudantes, un par de cámaras y un flash adaptable, planeaba cuidadosamente las escenas con la sensación de ser una ola a punto de romper, aumentando la energía en cada foto hasta consumar el clímax, una última imagen definitiva que congelaría ese instante. Decir que Helmut Newton es el artista del destape o del porno sofisticado es simplificar mucho un concepto visual concentrado y preciso como la incisión de un cirujano: la riqueza narrativa de sus imágenes, los diferentes niveles de lectura, lo barroco y lo transgresivo, producen una obra que no hace juicios de valor aparte de los que proyecte la persona que mira las fotografías. Terry Richardson, Ellen von Unwerth, Bettina Rheims, Marc Baptiste, Maki Miyashita, Bob Carlos Clarke, Chip Willis, Mario Testino, Steven Klein, David Lachapelle, el dúo Inez van Lamsweerde y Vinnodh Matadin, Paolo Roversi, Mario Sorrenti… sus herederos son legión, producto de ese deseo polinizador repleto de ligeros, monóculos y corsés, que nos alegra la vida al resto de los mortales al colocarnos frente a la certeza de que para fotografiar bien el sexo, hay que practicarlo mucho y bien. 

1 comentarios:

Rodericus dijo...

Coincido contigo. Newton tuvo la particularidad de elevar a obra maestra lo que a través del objetivo de otra cámara, habría quedado como algo vulgar y casposo.

Captó la esencia de las "pin-up", aquellas modelos de dibujo para calendario de los años cuarenta, y la trasladó a la imagen real.

Saludos.