La patita del lobo

| sábado, 17 de noviembre de 2012 | 12:44

Una nueva ley en Madrid hace posible la privatización de los hospitales públicos, lo que conlleva que seis nuevos centros serán directamente gestionados por entes privados, como ya sucede con dos de los veintinueve hospitales de la red sanitaria pública de la capital. Recientes informes han advertido de las consecuencias prácticas de estos dos experimentos: menor número de camas, quirófanos y profesionales, y por ende, menor número de intervenciones y consultas. También es evidente que este modelo de gestión convertirá a los centros en islas al margen del INSALUD, con sus particulares sistemas de selección y gestión de fondos, evidentemente mercantiles. O sea, que instituciones creadas con dineros públicos acabarán eludiendo los controles administrativos. Y por aquí ha comenzado a meter la patita el lobo. Porque la sanidad pública no tiene por obligación “cumplir los objetivos económicos previstos”, sino mantener a raya los estropicios del tiempo hasta que venga la Pelona a buscarnos. Externalizaciones, copagos, privatizaciones, ambulatorios sacados a concurso, concesiones… todo eso son vallas que saltar para los ciudadanos, pero una bicoca para las corporaciones sanitarias. Muchos de sus mandamases fantasean como Chaplin con una bola del mundo flotante, en la que los seguros privados sustituyan paulatinamente a la atención primaria, hasta convertir a España en el cuerno de la abundancia que han disfrutado -hasta ahora, Medicare mediante- en los Estados Unidos. Allí, 47 millones de personas no tienen derecho a médicos a pesar de ser el país con mayor gasto sanitario. Todo esto sin entrar en el chollo que supone para las constructoras, en esta dinámica de “colaboración público-privada”, construir y alquilar al ente público los hospitales por cantidades más elevadas que el coste real del edificio. Y ahora una verdad del barquero: la Sanidad Pública Universal ha sido la base fundamental del Estado del Bienestar, pilar de la solidaridad, garante de la estabilidad social. El día que la salud deje de ser un derecho para convertirse en un privilegio, que el estado obviamente utilizará como dádiva o beneficencia a través de la propaganda, habremos dado un gran paso hacia una nueva dictadura.  

-- 
Ignacio del Valle

8 comentarios:

Rodericus dijo...

No andas equivocado en tus planteamientos. El "negocio" de la sanidad, es un pastel muy apetitoso, y en el que siempre habrá una clientela "cautiva".

Ya hace años que existe una operación de desprestigio contra la sanidad pública de este país, en forma de campañas que resaltan los episodios de mala atención, y malas practicas médicas, que estadisticamente, son sencillamente inevitables. También ponen el foco en las listas de espera para las intervenciones, que con los recortes de los últimos tiempos, se han engrosado bastante.

Pero lo que se silencia, es la magnifica atención que se presta en casos de autentica urgencia, que para mí, es impecable. Y también, el brillante trabajo que se realiza en el asunto de los trasplantes, apartado en el que somos el primer país de Europa en cuanto a numero y resultados.

La reflexión, tendria que ser es cuanto nos costarían estos servicios si no existiese el sistema sanitario actual.

Detrás de todo esto, están los intereses de los de siempre, que han visto un buen negocio, un "nicho de mercado". Y no hay nada mejor que asociarse con unos cuantos políticos sin escrúpulos, que colaborarían de buena gana en la liquidación del sistema público de salud, a cambio de un porcentaje de los beneficios.

El incidente del "Madrid Arena", tendria que hacernos pensar en lo peligroso que es mezclar la política, con los negocios. El resultado está a la vista : cuatro cadáveres, y ningún a dimisión relevante por el asunto, tan solo un "pajarito" de segunda fila.

Un abrazo.

Begoña Argallo dijo...

Cada nuevo día que amanece perdemos más derechos, vamos, que estamos más cerca de un final apocalíptico.
No me gusta la clase de país en que se está convirtiendo el mío.
Saludos

neville dijo...

Todos conocemos las ventajas y beneficios de nuestro sistema público de sanidad, todos nos congratulamos y benefiamos de él. ¿Pero lo hemos cuidado con el suficiente esmero para que se siga manteniendo como hasta ahora?
Desde mi punto de vista cuidarlo significa que tenga suficiencia económica para su funcionamiento. ¿Sabemos quién gestiona internamente nuestros hospitales y con qué criterios?
¿Es posible que los españolitos de a pie hayamos tenido en la puerta un ferrari gratuito y nunca nos hayamos preguntado de donde sale el dinero para mantenerlo?
¿Es posible disponer de una sanidad pública y universal para todos hayan contribuido o no?
El otro día pase por una carretera próxima al Hospital de Torrevieja, en una gran anuncio se comentaba que era un Hospital Top en el ranking de hospitales, os pongo un enlace donde aparece con 4 galardones en la categoría de Grandes Hospitales Públicos, la paradoja es que este hospital tiene gestión privada.

http://www.iasist.com/hospitales-top-20-2010

La sanidad pese a que nos pese es un negocio que hace tiempo descubrieron (o fabricaron) las grandes compañias farmaceuticas, pero somos los ciudadnos de este pais quien debemos elegir que tipo de sanidad queremos, cual podemos pagar y si debe cubrir por igual a todos.

Saludos.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Personalmente creo que no es un problema de lo publico, sino de la gestión de lo publico. Si las cosas se hicieran bien no se necesitaría dinero privado ni la esponsorización de la salud.. Es como cuando pusieron publicidad en las entradas de los metros. Me pareció abominable.

Por otro lado, hay que tener cuidado con el cliché de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Al contrario, lo que ha sucedido es que algunos han vivido por encima de nuestras posibilidades de mantenerlos.

Y que la sanidad es un negocio, resulta obvio. Pero ahí entra la política como dique para evitar la total monetización de la realidad.

Saludos.

Begoña Argallo dijo...

El otro día contaba el caso de un hombre musulmán que iba caminando de casa en casa para recaudar el dinero de su operación de cáncer. Y lo espeluznante que es hallarse ante un caso así lo vi en los ojos de mi hijo cuando me lo contó, y en la pena en que después quedó sumido por no haberle dado más dinero.
Creo que en un caso así, de alguna manera te miras frente a ti mismo. Y no hay derecho a que se haga norma de la excepción. Esos mismos inmigrantes que un día se anunció que "ayudaban a levantar España", fueron abandonados a su suerte cuando su mano de obra ya no se necesitó. Creo que eso tiene muchas lecturas.

Estoy cien por cien de acuerdo con Ignacio y encuaderno esta frase: "Lo que ha sucedido es que algunos han vivido por encima de nuestras posibilidades de mantenerlos".

Qué cierto.

Cyllan dijo...

Nos lo están quitando todo.

Dar dijo...

Hear, hear!

Dar dijo...

Buena reflexión, Nacho. Un granito de arena de mi parte: siempre habrá un par de hospitales privados de gran nivel, pero la calidad de un sistema no se mide por la existencia de un par de excepciones,sino por la capacidad de prestar los mejores servicios a la gran mayoría de la gente, y España, igual que Francia o los países escandinavos han sido el ejemplo para todo el mundo.
En la Edad Media también hubo un par de universidades de élite, pero el nivel educativo general era pésimo siendo el 90% de la población analfabeta.
La sanidad no fue un negocio en los ochenta y noventa (en los países democrácticos de Europa occidental se puede decir que no lo fue desde la Segunda Guerra Mundial) y no deberíamos afrontar con fatalismo el hecho de que se está convirtiendo en el ahora. Siempre se puede ahorrar algo y ser algo más eficaz, pero el mayor problema no estaba en el sistema de sanidad pública, sino en el hecho de que ahora los impuestos sólo lo pagan los asalariados, mientras los grandes se escaquean (véanse los últimos casos de Google, Yahoo, Amazo, etc.), algo que no hacían durante la segunda mitad del siglo XX.